La vida como tramoya,
brinda mil y un escenario
donde interpretamos
diferentes papeles.
Si navegamos sin timón,
arrastrados seremos
por una corriente gris.
Nuestra obra personal
ansía colores y matices.
Se hace necesario,
para bien aprovecharla,
observar el horizonte,
escuchar nuestro corazón
para elegir el rumbo:
destino a buen puerto.
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