lunes, 13 de enero de 2014

EL HIJO PEQUEÑO (cuento)



   

La chupa-huesos es una  bruja  que exige y manipula para obtener el amor que ella cree merecer.  Para nutrir su carencia absorbe la energía de sus  presas, en su afán de amor es insaciable y si no lo recibe  se expresa con rigidez,  aspereza como el papel de lija y es punzante como un erizo, sus palabras son hirientes como el filo de una navaja.  No quiere ser rechazada, no acepta el rechazo de sus  cautivos, exige fidelidad absoluta, niega  las  cualidades de  los reclusos y no planta buenas semillas en sus mentes.  
 
El hijo pequeño de la chupa-huesos es muy amoroso, sólo quiere amar, pero su madre no lo mira, no lo atiende, le grita, le da su ira y su malhumor, le culpa de toda su dejadez y lo aparta de su lado. El niño no entiende que esta sea la respuesta a su ofrecimiento amoroso y poco a poco va languideciendo por falta de amor, convirtiéndose en un esqueleto viviente, pero aun así, su fuerza amorosa se ha concentrado en sus huesos, que son de un color rosa pálido.

El pequeño se siente desprotegido, inseguro, como si no tuviera derecho a vivir. Sumido en un mundo de oscuridad, sus propios huesos fluorescentes le proporcionan una poca luz que le permiten orientarse. Además sus huesos tienen propiedades curativas, son capaces de emanar energía sanadora amorosa y por allí donde pasa crecen bonitas plantas, brilla con más fuerza el sol, los pájaros cantan y los perros bailan a su alrededor. Su energía es una bendición para toda la naturaleza, pero el niño echa de menos su corazón, que  tuvo que encerrarlo, por culpa del desamor recibido y el miedo de que la chupa-huesos pudiera robárselo. Lo echa tanto de menos… pero tiene miedo, no se fía, sabe que un día le abrió su corazón y abusó de su amor, atándolo a su lado con una cadena y él ya no quiere  eso. Él quiere ser libre y quiere compartir un amor que sea incluyente y no excluyente y posesivo como él de la chupa-huesos. Él sabe que ella se alimenta de miserias emocionales, debilidades y defectos de los demás y él lo detesta  porque sabe que todo esto produce una densa niebla, donde cuesta ver el horizonte y también la proximidad. Él quiere tan solo amar, pero le han puesto el listón muy alto: tiene que liberar su propio corazón y enviarle energía amorosa para sanarla,  ya que le llaman la “chupa-huesos”, porque descubrió que chupando los huesecitos rosas de su hijo menor sentía alivio, pero el pequeño está ya muy desnutrido. No sabe si sabrá hacerlo, hay mucha resistencia interior, mucho dolor y se pone nervioso cuando la ve, pero parece que es la única forma que tiene de abrir de nuevo su corazón.
 
El pequeñín está asomado a la ventana, mirando hacia el horizonte, cuando una hada  hace su aparición trayéndole un mensaje: utiliza el amor desde el desapego, ese es el amor que puede sanar.


 

 

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario